Ciudad de Vauban por excelencia, entre callejuelas típicas y grandiosos monumentos imprescindibles
Si hay un símbolo del arte y la historia de la región, ése es Saint-Martin. Pasear por ella es como retroceder en el tiempo. Sus callejuelas y callejones albergan numerosos tesoros del patrimonio de Ret, como la casa de entramado de madera de La Vinaterie, el renacentista Hôtel de Clerjotte y la Citadelle, por donde pasaban los prisioneros que iban a la colonia penal. El centro de la ciudad, cargado de historia, es una delicia para los amantes del patrimonio construido, donde a veces se esconden pequeñas curiosidades.
Cuando visite Saint-Martin-de-Ré, una visita obligada es la formidable estrella fortificada que rodea el pueblo. Construido según los planos del marqués de Vauban, entonces ingeniero del rey Luis XIV, el pueblo ha conservado intactas sus murallas y edificios. Este emplazamiento, obra maestra de la arquitectura militar del siglo XVII, se ha conservado magníficamente en su entorno de glacis sin urbanizar. Gracias a esta labor, la ciudad de Saint-Martin-de-Ré fue inscrita en julio de 2008 en la Lista del Patrimonio Mundial de la UNESCO.
Si hay otra visita obligada en Saint-Martin-de-Ré, es su campanario observatorio. Ofrece una vista panorámica única de la ciudad fortificada y de toda la isla de Ré, desde el faro de las Baleines hasta el puente. El reloj monumental, las campanas en acción y la vista hacen las delicias de cualquier visitante. La cima de Saint-Martin desvela un mundo mágico de tesoros patrimoniales en la Cité Vauban, donde gárgolas y estatuas conversan en silencio. En temporada, no dude en tomarla por asalto de noche para una sensación de asombro aún mayor.