El frío y los periodos más cortos de sol merman el ánimo y la ligereza. Durante o al final del invierno, es hora de recargar las pilas. La isla de Ré es el lugar perfecto para recargar las pilas y revitalizarse suavemente para dar la bienvenida a la primavera.
En pueblos pintorescos como Saint-Martin-de-Ré o Ars-en-Ré, que revelan su encanto sin el ajetreo del verano, podrá pasear por sus calles empedradas para apreciar la elegancia de las casas y el carácter del patrimonio histórico sin preocuparse por el tiempo. También podrá contemplar las espectaculares vistas panorámicas desde el campanario del observatorio de Saint-martin o desde el otro lado de la isla, en lo alto del Phare des Baleines.