Marais Salant Fier Ars Ile De Re Edouard Salmon SkystudioMarais Salant Fier Ars Ile De Re Edouard Salmon Skystudio
©Marais Salant Fier Ars Ile De Re Edouard Salmon Skystudio|Edouard Salmon Skystudio

Marismas: un mundo milenario

La isla de Ré alberga un tesoro natural y cultural único: sus salinas. En el corazón de estas brillantes extensiones, la cultura ancestral de la sal ha perdurado, dando forma al paisaje y la identidad de la isla durante siglos.

En el corazón de los orígenes de la sal de Retais

Mientras pedalea por las marismas de la isla de Ré, tendrá la suerte de ver a los sauniers cosechando en el fondo de las «aires sonnantes». Estas zonas de recolección, que modelan el paisaje, desempeñan un papel fundamental en el encanto de la isla.

En el corazón de las salinas de la isla de Ré, en la superficie de los estanques se forma un tesoro cristalino: la flor de sal. Esta fina capa de cristales blancos, cosechada meticulosamente por los salineros, es mucho más que un simple condimento: encarna la esencia misma de la tradición y el saber hacer de la isla. Cada grano es fruto del trabajo artesanal y de una íntima relación con la naturaleza.

La recolección de la flor de sal es un proceso delicado que requiere paciencia, pericia y sensibilidad a las condiciones ambientales. Cuando las condiciones meteorológicas son favorables, se forma una fina película de cristales de sal en la superficie de las salinas, creando la preciada flor de sal. Los salineros, equipados con sus herramientas tradicionales, recorren entonces cuidadosamente los estanques, cosechando a mano esta delicada capa, generalmente desde principios de junio hasta finales de septiembre.

Un vínculo ancestral entre la naturaleza y el hombre

En el corazón de esta actividad milenaria se encuentran los sauniers, hombres y mujeres que perpetúan la tradición de la recolección de la sal con pasión y saber hacer. Su trabajo, a menudo poco conocido, requiere especial pericia y cuidado, ya que la producción de sal está sujeta a los caprichos del clima y las mareas. A pesar de los desafíos, los salineros siguen manteniendo esta tradición con orgullo, transmitiendo su saber hacer de generación en generación.

Las salinas de la isla de Ré tienen una larga historia, que se remonta a tiempos remotos. Ya en la Edad Media, los monjes benedictinos comenzaron a explotar las salinas para producir sal, contribuyendo así al desarrollo económico de la isla. A lo largo de los siglos, esta actividad se ha transmitido de generación en generación, convirtiéndose en una auténtica tradición isleña.

Además de su valor económico y cultural, las salinas de la isla de Ré albergan un rico ecosistema. Estas salinas son un refugio para muchas especies de aves migratorias, que vienen aquí a buscar alimento y descansar en sus viajes. Además, los salineros, que cuidan de las marismas, se encargan de preservar este frágil equilibrio en armonía con la naturaleza.

¿Lo sabías?

En 2023, la sal y la flor de sal de la isla de Ré entraron a formar parte del registro IGP (Indicación Geográfica Protegida), reconociendo así la autenticidad de su sal y el saber hacer de los salineros de la isla de Ré.

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