Aquí nos tomamos nuestro tiempo.
El ciclismo es la actividad número uno de la isla, tanto para los lugareños como para los veraneantes. Kilómetros de carriles bici le permitirán pasear en bicicleta mientras admira el paisaje. Sobre dos ruedas, podrá visitar la isla de una forma diferente, cruzando la costa y disfrutando de la belleza natural de la isla, donde el océano se encuentra con las marismas.
A pie, le cautivará el encanto de las callejuelas de la isla de Ré, sea cual sea la época del año. Estas calles empedradas, típicas de la zona, también cambian con las estaciones. Unas veces floridas, otras coloridas y otras iluminadas por una luz hechizante, estos caminos laberínticos invitan a perder la noción del tiempo y pasear, observar y evadirse.
Buenos momentos y buena compañía
La región también está repleta de mercados, cuya visita es la ocasión perfecta para divertirse. Conocer nuevos amigos, charlar con los productores, comprar productos locales y de temporada… todos los ingredientes para pasar un rato agradable y agradable. ¿Qué mejor que comprar una docena de ostras y verduras frescas para el almuerzo?
Tras el refrigerio, ¿por qué no relajarse en la terraza tomando un café en uno de los pueblos de la isla de Ré? Ya sea de aquí o de allá, de visita de un día o para toda la vida, charlar de la vida local o de sus planes de vacaciones en la terraza suele ser una cita obligada cuando se visita la isla.