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©por defecto|Jules Serrurier

Bienvenido a la isla de Ré

La isla de Ré late al ritmo de las estaciones, ofreciéndole momentos de evasión que invitan a desconectar. Bordeada por un litoral de múltiples facetas, la isla es tan seductora como inspiradora. Y eso sin contar los encuentros y manjares locales que despertarán sus sentidos a un placer cada vez mayor.

Una isla polifacética

Entre sus pueblos y sus paisajes

Verdadero mosaico de paisajes idílicos, la isla de Ré está formada por diez pueblos, cada uno con sus características propias, que contribuyen a la singularidad y unidad de la isla. Cada aldea cuenta su propia historia, donde el hombre y la naturaleza conviven en perfecta armonía. Callejuelas empedradas bordeadas de flores, extensiones de playa con magníficas vistas, mercados bulliciosos que ofrecen una gran variedad de platos locales, restaurantes con sabores auténticos, un patrimonio histórico lleno de anécdotas y curiosidades originales, museos cautivadores y puertos típicos que invitan a la contemplación… ¡Todos estos ingredientes prometen una experiencia inolvidable, para compartir sin moderación!

Los senderos forestales y las reservas naturales, a las que se puede llegar pedaleando gracias a los 138 km de carriles bici que salpican la isla, también forman parte del paisaje. La diversidad de estos entornos naturales es también un recordatorio de que la naturaleza ocupa un lugar central en el paisaje de La Reunión, y que su preservación es muy apreciada por los isleños que viven aquí todo el año. Los ecoguardas organizan salidas «en plena naturaleza» para proteger la isla de forma lúdica y pedagógica para todo tipo de visitantes, jóvenes y mayores, de cerca y de lejos.

Además, la isla de Ré cuenta con numerosos oficios ancestrales, como la ostricultura, la viticultura o la producción de sal. En 2023 se concederá una IGP a la sal y la flor de sal de la isla. Suficiente para abrir el apetito, ¿no cree?

Moverse, relajarse, maravillarse y vibrar

En la isla de Ré no faltan las actividades y las emociones fuertes.

Con una gran variedad de deportes acuáticos como el surf, el kitesurf y el windsurf, una estancia en la isla es la oportunidad perfecta para superar sus límites. Pero que no cunda el pánico: si es usted un aficionado al bienestar, la isla le ofrece numerosas oportunidades para actividades más relajantes, como clases de yoga junto al mar, tratamientos de spa o degustación de productos locales en buena compañía.

Si es usted de los más curiosos, también puede participar en visitas guiadas, dirigidas por entusiastas que compartirán con usted los secretos mejor guardados de la isla.

Además, varios museos permanecen abiertos todo el año para abrirle el apetito de saber más sobre el destino. Por supuesto, la isla de Ré no está exenta de ociosidad, y ¿qué mejor manera de relajarse que disfrutando de las largas extensiones de arena fina y del sonido de las olas?

No olvide dar un paseo por los senderos que atraviesan el bosque nacional de la isla, o realizar una visita guiada a las salinas para conocer su funcionamiento de la mano de profesionales apasionados por compartir sus conocimientos. En la isla de Ré, muchos artesanos locales le abren las puertas de su casa para que entre en su mundo.

Tierra de evasión sostenible

La isla de Ré reúne todas las cualidades de un remanso de paz y autenticidad, donde priman los valores humanos a la hora de sumergirse en sus paisajes.

Los isleños, que dan vida a la isla durante todo el año, le dan la bienvenida y le ayudan a descubrirla con una sonrisa. La naturaleza también predomina aquí, y preservarla es una preocupación esencial. De esta fuerza deriva toda la belleza y singularidad de su entorno acogedor y cuidado.

Cuando se visita la isla, al margen del ajetreo habitual de la vida cotidiana, es la calma la que se apodera rápidamente de uno, llevándole a una tierra tranquila y sin adornos, donde uno puede simplemente tomarse su tiempo, contemplando el océano.

¿Cuándo venir?

Cada estación aporta un ambiente diferente a la isla.
En verano se puede disfrutar de la playa, en primavera de horas de bicicleta, en octubre de magníficas puestas de sol y en invierno de largos paseos por el paseo marítimo. Sea cual sea su tribu, familia, pareja o grupo de amigos, no dude en venir a disfrutar de la brisa marina y de los encantos de la isla de Ré, para lanzarse a alta mar y vivir momentos inolvidables.

Es bueno saberlo
  • La isla de Ré lleva el nombre latinizado de Ratis

    Radis es otra forma. En galo, ratis significa «helecho». Esto sugiere que la isla de Ré estaba totalmente cubierta de helechos hace dos milenios.

  • El apodo más conocido de la isla de Ré es "Ré la blanche"?

    La isla de Ré tiene un apodo que seguramente oirá por la zona: «Ré la Blanche». Este apodo hace referencia a las casas típicas de Ré, todas muy blancas con contraventanas verdes o azules.

  • Cada uno de los habitantes de los diez pueblos de la isla tiene un nombre muy especial

    En la isla de Ré, he aquí los nombres de los habitantes de cada uno de los diez pueblos:

    • Los habitantes de Rivedoux-Plage se llaman Rivedousaises y Rivedousais.
    • Los habitantes de Sainte-Marie-de-Ré se llaman Maritais.
    • Los habitantes de Le Bois-Plage-en-Ré se llaman Boitais.
    • Los habitantes de La Couarde-sur-Mer se llaman Couardais.
    • Los habitantes de Ars en Ré se llaman Arsaises y Arsais.
    • Los habitantes de Saint-Clément-des-Baleines se llaman Villageoises y Villageois.
    • Los habitantes de Portes-en-Ré se llaman Portingalais y Portingalaises.
    • Los habitantes de Loix se llaman Loidais.
    • Los habitantes de Saint-Martin se llaman Martinais.
    • Los habitantes de La Flotte se llaman Flotais.
  • La isla de Ré está dividida en tres zonas: el norte, el centro y el sur de la isla.

    Compuesto por diez pueblos en total, todos ellos repartidos de norte a sur de la isla, es habitual ajustar la visita en función del tiempo disponible y de la zona geográfica en la que se aloje durante la estancia. Ya sea a pie, en bicicleta o en coche, es difícil visitarlo todo en un solo día. Por eso es importante trabajar zona por zona y dejarse asesorar en el centro de visitantes para optimizar la visita y sacarle el máximo partido.

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